domingo, 29 de mayo de 2011

Conciencia Moral, Interioridad y Autoconciencia



La Conciencia Moral.
La conciencia moral se refiere a la capacidad del individuo de discernir entre el bien y el mal.
La conciencia moral nos permite actuar con libertad, en el sentido de que se hace conciencia de que no todas las alternativas de solución de una situación tienen el mismo valor o bien van a tener las mismas consecuencias.
La conciencia moral actúa como juez de nuestros actos; cuando la persona realiza un juicio de valor producto de ésta puede experimentar: sentimiento de culpa, arrepentimiento, remordimiento, satisfacción, tranquilidad, etcétera.
Al juzgar un acto humano, intervienen tres elementos:
• Objeto: Es hacia donde se dirige el acto libre y voluntario; qué es lo que quiere; es el contenido de la acción.
• Situación o circunstancias: Situado en un lugar, por una persona, en un tiempo, quién lo hace y qué condiciones acompañan al acto.
• Intención o fin: El motivo por el cual se efectúa el acto, la razón por la cual se actúa.
La interioridad y la autoconciencia.
Cuando se habla de la interioridad de la persona, se está refiriendo a lo más profundo del ser. Es experimentarse, reflexionar, distinguirse de los demás; es darse cuenta de las actividades, es hacer uso de la autoconciencia.
Por naturaleza propia el individuo posee lo que se denomina inteligencia emocional, y ésta precisamente comienza con la autoconciencia. Es importante señalar que la conciencia es la vigilancia o estado de alerta que tiene el individuo ante las situaciones que se le presentan en su medio ambiente.
La autoconciencia es una función compleja que lleva a cabo el individuo para conocerse a sí mismo, respecto a sus pensamientos, deseos, sentimientos o emociones, valoraciones, intenciones y acciones. Para que el sujeto comprenda cómo responder, comportarse, comunicarse en diversas situaciones. La autoconciencia es un ejercicio que le permite desarrollarse mejor en todas las áreas de la vida, especialmente en el estudio y el aprendizaje.
Si una persona tiene poco conocimiento de sí misma, ignorará sus propias debilidades y carecerá de la seguridad que brinda el tener una evaluación correcta de las propias fuerzas.
Las personas que tienen autoconciencia también pueden ser capaces de energizar a los demás, de comprometerse y confiar en quienes desarrollan una tarea con ellos.
La exterioridad y el sentido del deber.
El sentido del deber es la necesidad moral que cada individuo tiene de cumplir con sus propias obligaciones, la cuales se encuentran determinadas por el lugar que ocupa el hombre en la sociedad; esto llena de sentido la vida y el trabajo del individuo, además de proporcionar la más alta satisfacción a la conciencia.
Una persona responsable cumple con el deber que se le asignó y permanece fiel al objetivo. Las responsabilidades se llevan a cabo con integridad y con sentido del propósito.
Las circunstancias, necesidades y elecciones sitúan a las personas en situaciones y roles particulares.
Responsabilidad moral es aceptar lo que se requiere, honrar el papel que se ha confiado y llevarlo a cabo conscientemente, poniendo lo mejor de sí.
En la vida, el deber ser proviene de muchas fuentes previsibles e imprevisibles, e implica asociarse y participar, comprometerse y cooperar. La responsabilidad social y global requiere de todo lo antes mencionado, así como de la justicia, la humanidad y el respeto por los derechos de todos los seres humanos. Ello conlleva prestar atención especial para asegurar el beneficio de todos sin discriminación.
La facticidad moral.
La facticidad moral o el relativismo moral se plantea en el supuesto en el que el sistema de las normas morales de un grupo o de un pueblo sea distinto del sistema de las normas morales de otro grupo o de otro pueblo.
La facticidad o relativismo moral asume a menudo la forma de negación de que exista un único código moral con validez universal, y se expresa como la tesis de que la verdad moral y la justificación –si existen cosas semejantes en cierto modo relativas a factores culturales e históricamente contingentes.
Este relativismo moral normativo afirma que es erróneo juzgar a otras personas que tienen valores sustancialmente diferentes, o intentar que se adecuen a otros, en razón de que sus valores son tan válidos como los otros.

3 comentarios: